Ya viste el título, y de seguro te estarás preguntando a qué me refiero con ésta idea.
Pero ésta entrada va a quienes sufren de pensamientos constantes, recurrentes, que suelen dar más vueltas que lo que quisiéramos. Algunos me lo explican como pensamientos que van a una mayor velocidad y de los cuales no sienten ningún control, provocando angustia.
Estos pensamientos no nos dejan pensar claramente, o trabajar, e incluso tampoco nos dejan dormir durante la noche. Si eres una de esas personas, de seguro podría ayudarte esta idea.
Los pensamientos son sólo pensamientos
Sí, etiquetamos muy fácilmente un pensamiento como algo “malo”. Si un pensamiento nos molesta, ese calificativo de “molesto” lo hace negativo, por lo tanto, poco deseable. Y nuestra reacción es simple: alejarnos del pensamiento lo antes posible. Y cada uno tiene una forma distinta de alejarse de estos pensamientos: trabajando más, usamos distracciones, procrastinamos, etc.
Pero la realidad es que estos pensamientos “negativos” son sólo pensamientos. Y hay que tratarlos como cualquier otro pensamiento.
Algo que intento incentivar con mis pacientes en terapia es justamente tratar estos pensamientos como cualquier otro pensamiento. Hay que hacerlos conscientes, pensar y reflexionar en ellos. Evitarlos sólo los llevará a hacerse más fuertes, y nos terminaremos angustiando más de la cuenta.
¿Cómo puedo dejar que estos pensamientos me angustien?
La razón de porqué angustian es muchas veces porque el contenido es molesto o angustiante para nosotros. Quizás quieres decirle algo importante a tu pareja o amigo/a, quizás tienes que dejar algo listo para el viernes y no has hecho mucho, o simplemente las inseguridades nos hacen replantear escenarios o conversaciones que pasaron y nos culpamos de forma interminable.
Estos pensamientos angustian porque usualmente no queremos enfrentarnos al contenido de ellos, y por lo tanto tampoco hacemos nada para resolver el problema que los causa. Otra fuerte razón es que no tenemos las herramientas para enfrentarnos a estos conflictos, o bien no sentimos que tenemos dichas herramientas.
Observar los pensamientos y actuar en función a lo que te dicen realmente, es un acto de autoconocimiento, pero también estamos sacando la maleza de raíz y no sólo cortando el césped de forma superficial.
Existen diferentes formas de poder enfrentar los contenidos, pero no siempre tienden a ser muy placenteras.
Yo suelo recomendar la meditación como primera estrategia. La meditación Mindfulness ha sido estudiada como una técnica eficaz para llevar crear mayor conciencia de los pensamientos evitados. Durante el ejercicio observamos cualquier pensamiento con una actitud de aceptación y apertura. Este primer acercamiento a los pensamientos nos permite tener una mejor relación con ellos, porque cambiamos la idea de "son negativos" a "son sólo pensamientos y hay que aceptarlos tal cual vienen", dándonos mayor apertura, pero también menor angustia porque cambia el foco que le damos. Puedes hacer uso de las Meditaciones Mindfulness que grabo cada semana.
(Te adjunto una meditación que habla de esto mismo)
Escribe un diario. Esto puede sonar muy simple, pero te invito a escribir un par de frases diarias. ¿Porqué esto funciona? Te habrás dado cuenta que es muy difícil escribir incoherencias en un papel. Escribir fuerza a la mente a tener coherencia, ayuda a ordenar lo que pensamos para tener una oración que cobre sentido. Inténtalo y observa qué cosas aprendes de tus pensamientos y que antes no sabías con tal profundidad.
Asistir a terapia. La terapia es un espacio (que al igual que en la actitud de la meditación) de aceptación. Hablar de lo que angustia e intentar darle sentido, nos ayuda a saber dónde estaría el foco de lo que nos preocupa, de la mano de un profesional que ve las cosas con una mayor objetividad para entregarnos herramientas que nos permitan enfrentarnos a dichos conflictos.
Y para cerrar…
Los pensamientos pueden ser efectivamente angustiantes, pero quiero que recuerdes que los pensamientos son sólo pensamientos y que la única forma de que dejen de ser una preocupación es justamente verlos de frente, aceptándolos como lo que son. Y ocuparse de ellos en vez de preocuparse.
Te adjunto un video que hice en donde explico brevemente lo mismo. "¿Piensas demasiado en la mañana y no logras levantarte?"
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