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No todo es suerte

No siempre lo que parece suerte es suerte, muchas veces puede ser un engaño.

¿Un engaño?

Sí, un engaño de ti para ti.

¿Cuántas veces nos ocurre algo que parece sorprendente, poco probable, y nos decimos “tuve tanta suerte”. ¿Es suerte la razón de lo que nos ocurre? Y si así lo fuera (porque de verdad me lo he planteado), entonces ¿para qué esforzarnos?

¿Cuánta suerte tenemos vs el esfuerzo que colocamos nosotros en nuestras tareas?

Esa nota que sacaste en el examen, esa promoción en tu trabajo, o que te hayan llamado para una entrevista laboral, ese video que se volvió viral, o de repente la vida te sonríe y sientes que esto es sólo suerte.

Creo que pensar de esta manera y tener este hábito mental es realmente tóxico para nuestra autoestima. Intentaré compartirte esta pequeña idea y veamos si es posible que puedas replantearte algunos éxitos que tienes en la vida.

Supongamos que existe esta suerte, y que cada vez que ocurre algo afortunado, es porque la vida lo quiso así. Bajo esta lógica, cuando algo malo ocurre y tienes “mala suerte” debería también ser parte del universo ¿o no?

Me doy cuenta que las personas que suelen decir que poseen de una baja autoestima, tienden a: cuando les ocurre algo positivo, se lo atribuyen a causas externas; y cuando les ocurre algo desfavorable, se culpan a si mismas. (no, no culpan al universo en este caso, no culpan a su mala suerte. O dicen que su mala suerte es causa de sus acciones solamente).

Esto tiene un nombre, y los psicólogos lo han llamado tener el Locus de control externo, que es esta sensación de que las cosas que nos ocurren, que el control de nuestra vida, está afuera, es externo, no depende de nosotros.

Y esto es la base de la ansiedad: la sensación de sentir que no tenemos el control de las cosas.


Si realmente la suerte te entrega lo positivo, también debería entregarte lo negativo, pero al parecer no lo tendemos a ver así. Nos echamos la culpa de lo que pasó, pero cuando ocurre algo favorable, no nos damos crédito de lo que ocurrió.

La suerte existe en cierto grado, pero no define toda una vida.

Por supuesto podemos hablar de eventos que estadísticamente podrían estar a tu favor o en contra. Pero usualmente no son la regla. No es la suerte lo que define el éxito en la mayoría de los casos. Y pensar así tiene el riesgo de pensar que no podemos hacer nada para hacer las cosas mejores, para cambiar y desarrollarnos. Pensar que tenemos suerte cuando nos ocurre algo bueno, nos corta las alas, nos hace sentir que no tenemos ninguna influencia real en lo que puede pasarte.

Agrega un poco de Locus de Control interno (esto es lo contrario, es identificar que hay muchas cosas que están bajo tu control y que tienes influencia en ello). Esto puede cambiar tu mentalidad de las siguientes dos formas:

  1. Cuando ocurran cosas positivas, sabrás que fue gracias a habilidades que tienes o tus competencias. Si no las reconoces, intenta analizar qué hiciste bien para saber cómo podrías repetirlo.

  2. Cuando ocurran cosas que te desfavorecen, no significa que tengas culpa, sino que tienes influencia en que las cosas no salieron como querías. Intenta averiguar qué pudiste hacer mejor y cámbialo para la siguiente. Porque nunca por sentir más culpa se han arreglado las cosas.

Siempre pienso:

Esas respuestas en tu examen no se escribieron solas.

Una promoción en el trabajo no se las dan a personas incapaces en lo que hacen.

Que te pidieran una entrevista laboral es el resultado de exponer tu currículum en diferentes lugares.

El video no se hace viral si no le damos el trabajo de grabarlo y subirlo en primer lugar.

Siempre tienes influencia en tu entorno y en tu fortuna.


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