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¿Porqué comprar experiencias es mejor que comprar bienes materiales?

Partamos con el punto central para poder ir de lleno en la explicación de porqué esto es así:

La compra de experiencias nos hace subjetivamente más felices que la compra de bienes materiales.

Suena duro, sabiendo que existe una alta probabilidad de que la próxima compra que quieras hacer sea especialmente material.

Pero, ¿desear algo material, sería entonces algo que no habría que desear si no nos hace tan felices como esperamos?

La respuesta a esto es NO. No tiene nada de malo desear algo u lo otro. Y creo que el problema es mucho más complejo que ese. Simplemente no nos comprendemos lo suficiente como para saber cómo podría impactarnos algo a futuro.

Para entender el porqué comprar cosas materiales no nos haría tan felices como poder comprar experiencias, se hace necesario comprender el concepto de Adaptación Hedónica. En resumen, la Adaptación Hedónica es la capacidad que tenemos de poder acostumbrarnos a las cosas (buenas o malas). Esto es muy útil sobre todo en casos dónde no lo pasamos muy bien, podemos adecuarnos y ser flexibles en diferentes situaciones por muy desagradables que sean. Pero por el otro lado, cuando tenemos cosas buenas (objetos, por ejemplo, sensaciones, etc.) nos acostumbramos rápidamente a ellos.

Hay muchos ejemplos, pero te diré que es probable que ahora tienes una compra que pudiste desear por mucho tiempo, y que ahora está ahí y que no te entrega la misma emoción que antes. Este mismo acostumbramiento ocurre con muchas cosas, como ocurre con el abuso de drogas (nuestro cuerpo se acostumbra a ellas de forma natural), el consumo de café, etc.

(1) Un estudio en alemaniaEstudios ¿porqué comprar experiencias… , observó el bienestar subjetivo y emocional de personas que deseaban comprar y que compraron su primera casa. La intensión del estudio era poder descifrar si importaba realmente el tamaño de la compra o no, en su impacto en la felicidad y bienestar global de la persona.

Uno podría creer que sería obvio que si deseas algo por muchos años, lo consideras como un sueño que deberías realizar en tu vida, y que además tengas que pagar grandes cantidades de dinero para obtenerlo debería hacernos felices. Pero, ¿fue así? No.

Deseamos tantas cosas, pero ¿cómo es posible pensar que vivimos nuestras vidas siguiendo sueños que no nos hacen realmente felices?

Parece realmente abrumador.

Entonces, ¿cómo sería gastar bien el dinero?

No hablo de que querer comprar una casa o un auto, no sea algo de lo cual debas privarte, pero quiero que pienses, si quizás tienes muchas expectativas sobre ese objeto en particular. Quizás dentro tuyo digas algo como «cuando tenga esto, podré ser feliz». Esto ocurre rutinariamente, y muchas veces puede bloquearnos de hacer cosas que sí disfrutamos. Y en la mayoría de los casos, son pensamientos inconscientes.

Tomemos un ejemplo, imagina que quieres empezar a hacer ejercicio, y pensemos que desde hace tiempo has querido poder comprar una máquina trotadora para poder correr desde la comodidad de tu casa. Te imaginas cómo te verás después de haber corrido, lo fácil que es poder prenderla y utilizarla. Todo es perfecto. ¿no es así? Quizás esperes el día de la compra, lo compras y te llega. Han pasado 3 meses y sigue allí guardando polvo. No tienes la misma emoción del primer día cuando llegó la máquina, y ahora tienes una nueva máquina ocupando espacio en algún lugar de tu casa. Todos tenemos cosas que no hemos botado. Cosas que ya no nos hacen felices, y que terminamos acostumbrándonos rápido a tenerlas.

Quizás la máquina era una forma de rechazar el hecho de que necesitas «motivación» para poder hacer las cosas que debes (y quieres) hacer. Son excusas. Y no permitas que las cosas sean un condicionante para que logres cosas que realmente quieras.

No permitas que las cosas se terminen transformando de alguna forma en el camino que tienes para encontrar la felicidad.

Experiencias…

Comprar cosas, es una experiencia en si. Eso hay que admitirlo. Por eso se siente tan bien. Y por eso también existen trastorno de ansiedad relacionado con las compras, como el Síndrome del Comprador Compulsivo, la gente compra no sólo porque creen que las cosas los harán felices a largo plazo, sino también porque comprar es estimulante en si mismo. Es la experiencia de comprar la que se siente increible. Y lo seguimos haciendo porque es FÁCIL. Es fácil pasar la tarjeta, es fácil poder apretar el botón de compra.

Es fácil y muy estimulante.

Ahora, recuerda lo central aquí. Las experiencias son más importantes a la hora de preguntarte cómo podría hacerte tu dinero más feliz. Cuando te haces esa pregunta, las cosas materiales no son la mejor respuesta.

Hay otro estudio en los que entrevistaron a personas en la calle, para preguntarles sobre en qué gastaban su dinero. Las personas que hablaron sobre experiencias, puntearon más en la escala de satisfacción de vida (Boven & Gilovich, 2003).

En otro estudio, se les pidió a un grupo de individuos que pudiese viajar mentalmente en el tiempo al pasado, y les dieron la opción de cambiar algo de lo sucedido en sus vidas. Finalmente tenían que poder imaginarse cómo sería entonces este nuevo recuerdo. Las personas que solían pensar en experiencias, tendían menos a querer cambiar los recuerdos por unos nuevos.

Hay un grupo de objetos que sí puede tener un gran impacto en nuestro bienestar. Y estos son cosas que tienen relación con un hobby o pasatiempo que tengamos. No sientas culpas por comprar una guitarra, porque es mucho más probable que esa guitarra sea una experiencia para ti el poder tocarla cada vez.

Volvamos a las experiencias como tal. Puede sonar extraño, pero el simple recuerdo u «imaginación» de alguna experiencia que incluso puede ser imaginaria, eleva desde ya nuestro vienestar y felicidad (Boven & Gilovich, 2003).

Teniendo eso en cuenta, aquí hay un par de características que podrás encontrar en las experiencias y que pueden hacer de tu vida una vida más feliz:

  1. Las experiencias puede generar nuevos lazos sociales.

  2. Las experiencias llegan a generar recuerdos que podemos recordar a futuro.

  3. Las experiencias están muy unidas a quién eres o qué quieres ser (piensa que las experiencias y elecciones que tomamos nos definen y cambian nuestra forma de ser).

  4. Una experiencia será difícil de poder comparar con la «experiencia de alguien más». Es aquí cuando te digo que es fácil poder comparar el auto de tu vecino con el tuyo, pero será mucho más difícil que puedas amargarte al comparar una experiencia persona (como un viaje por ejemplo) con la experiencia personal de otra personas. No digo que sea invulnerable a las comparaciones, pero sí se hace más difícil comparar dos experiencias.

Creo que si aprendemos a reconocer que son las experiencias las que nos hacen felices y ciertos objetos, podremos hacer mejores decisiones financieras y no llegar luego a arrepentirnos por una compra por muy gran de que esta sea.

Entonces para la siguiente compra que tengas, pregúntate el «porqué» de esa compra. Si deseas poder encontrar placer, felicidad y bienestar personal, analiza tu compra dos veces, porque podrías estar cometer una acción que creas que te hará feliz, pero que finalmente terminarás acostumbrándote a ese objeto.

Recuerda que estas ideas son parte del libro Happy Money de Lizz Dunn y Michael Norton.

Referencias

Elizabeth Dunn & Michael Norton (2013). Happy Money: The New Science of Smarter Spending.

Boven & Gilovich (2003). To Do or to Have? That Is the Question. Journal of Personality and Social Psychology, 85(6), 1193–1202.

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