No es sorpresa que hemos sido inculcados a buscar siempre tener la razón. Tanto es nuestro deseo de tenerla, que podemos llegar a extremos en donde buscamos cualquier justificación para tenerla si no llegamos a aceptar lo contrario.
Hoy te quiero compartir lo importante de no tener siempre la razón y asumir que estás equivocado en todo.
¿Porqué sería bueno no tener la razón?
¿Alguna vez has ganado algo creyendo que tienes la razón? O ¿Has mejorado tu relación de pareja habiendo ganado una discusión?
No hablo de “tener la razón”, estoy hablando de creer que tienes la razón, intentando que influenciar así a un otro.
Creer que tenemos la razón, es apostar que así es, y que si no la tenemos terminamos sintiéndonos peor.
La realidad es la siguiente: es muy probable que realmente no tengamos la razón.
Los beneficios de no tener la razón:
Admitir que no tenemos la razón nos abre la oportunidad de aprender. No es creer que no sabemos nada, es en realidad no asumir que sabemos todo. Esta apertura a lo que no sabemos nos lleva a aprender algo que quizás pasaríamos de largo si pensáramos que lo sabíamos.
Esta es la razón por la que me gusta releer libros, porque a pesar de que uno los leyó, releer y estar abierto a tener nuevos insights, nos ayuda a poder aprender algo nuevo.
Esto en Mindfulness se le llama “mente de principiante”, y es la perspectiva mental de ir hacia una experiencia como si fuera la primera vez que lo viviésemos.
Asumir que no tenemos la razón es controlar nuestro ego; aprender a tener curiosidad sobre lo que el otro es y sabe; es abrirnos a cosas nuevas porque asumimos que no sabemos algo y que estamos equivocados; y aceptar la equivocación te ayuda a asumir nuevos riesgos y desafíos.
No asumas que tienes la razón, asume que podrías estar equivocado y sé curioso, porque de seguro hay algo nuevo de lo que puedes llegar a aprender.
Coméntame qué opinas. Estaría contento de también contestar cualquier consulta directamente por Instagram.
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