Comenzaré con una historia de la universidad.
Recuerdo muy bien cuando empecé a investigar sobre los hábitos (un tema que como verás me apasiona bastante). Corría un segundo año de universidad, y estaba igual que el resto. A mis ojos, un estudiante promedio, no me iba mal, pero tampoco destacaba. Me desvelaba para rendir mejor en los exámenes (todavía no sé como me creía ese cuento), e incluso tenía una idea "romántica" de que uno debería estudiar sin parar durante los últimos 3 días antes del exámen, el sueño no era importante, la alimentación era secundaria y que el deporte no haría ningún efecto en si tendría o no una mejor nota (paréntesis, subí rápidamente de peso).
Era igual que el resto. Un estudiante que se exprimía hasta no poder más, sólo por las notas.
Esto me hartó, y no lograba poder concebir que esa fuese la vida estudiantil y que a futuro, esa sería el tipo de metodología que tendría que usar para mi trabajo. No me gustaba, porque ver hacia adelante era cada vez menos y menos agradable.
Quería hacer las cosas mejor, quería hacer las cosas de forma distinta, y comencé haciéndome una pregunta que hasta hoy en día me la sigo y seguiré haciendo:
¿Cómo puedo hacer esto mejor?
Una pregunta simple, ¿no?
Pero creo que va más allá si la haces de forma seria. Y en mi opinión, cambió mi vida, y la sigue cambiando.
Porqué esta pregunta importa
Esta pregunta conlleva tener que ver al rededor, dejar de verte a ti y tu esfuerzo para ver qué hace el resto, cómo lo hace, cómo están y cómo se ven. Algo que en marketing sería como un "estudio de mercado".
Ve qué hace tu competencia, es fundamental. No puedes hacer las cosas mejor, si no intentas ver cómo está haciendo las cosas tu vecino. Es usar la comparación social a tu favor.
Recuerdo una vez, en la que llegué a clases un jueves a las 8:10 de la mañana. Y lo que vieron mis ojos fue lo siguiente: un hilera de estudiantes con ojeras, intentando rescatar 10 minutos de sueño antes de que la clase comenzara (yo en ese momento no era muy distinto que digamos).
Ese fue el primer gatillante que me hizo desear "no tener sueño". Me preguntaba: ¿cómo puedo llegar a las 8:00am y no estar cansado?
Tengo suerte de haber estado estudiando psicología en ese momento, porque se me hizo fácil encontrar una respuesta googleando correctamente.
Comencé aplicando hábitos de higiene del sueño básicos que yo mismo predico y practico hasta el día de hoy (recuerda descargar una versión en PDF de mi Triada de la Salud Mental en mi Página web para aprender más sobre el sueño). Dormirme más temprano, cortar las pantallas una hora antes de dormir, no hacer deporte muy tarde, relajarme, entre otras cosas.
Debo admitir que hubo un tiempo de experimentación, pero resultó en que finalmente llegué a clases completamente despierto, fresco como lechuga y listo para atacar el día.
Con el tiempo me fui despertando cada vez más temprano hasta llegar a las 5:30 de la mañana, porque me di cuenta que la mañana es el espacio más productivo que tengo del día. Terminé llegando a clases ya con un buen estudio hecho.
Ser extraordinario no es extraordinario
Cuando comienzas a trabajar, y prestas la atención suficiente, te puedes dar cuenta de que se repite este patrón: mucha gente explotándose trabajando, anhelando el fin de semana (muchas veces disgustados por haber trabajado), cansados, etc. Era como ver la versión adulta de mis compañeros.
¿Qué se hace allí? - Hazte la pregunta nuevamente: ¿Cómo puedo hacer esto mejor?
Y te darás cuenta de que no es mucho lo que puedes hacer para diferenciarte rápidamente de tus pares. Destacar muchas veces conlleva hacer lo que muchos no hacen.
Y es así, que cuando comencé a trabajar, siempre me agradó poder saludar a todos en mi trabajo, compartir algún tipo de dulce, darse tiempo para conversar, decirles a otros cuánto aprecias lo que hacen ellos por ti.
Todo esto suena tan obvio, pero como digo, no es difícil poder resaltar, porque la gran mayoría no hace lo excepcional, hace lo necesario y suficiente. Y dentro de un mar de personas que hacen sólo lo necesario, hacer un poco más, te termina destacando por sobre el resto.
Destacar está en tus manos, pero uno asume de que es más complejo de lo que realmente termina siendo.
o una variante: ¿Cómo puedo ser una mejor versión de mí mismo?
Mejorar y el ego
Es fácil comenzar a sentirse mejor, cuando vez que haces mejor las cosas que el resto. Y es ahí un punto un tanto peligroso, puesto que rozamos con pensamientos que rondan la arrogancia y el egocentrismo.
Es fácil caer en estos pensamiento si no somos conscientes de ellos, puesto que son confianzas vacías. Nos hacen creer que somos mejores, pero es una simple máscara de inseguridades más profundas.
Aquí es relevante poder ver el proceso de mejora, mas que como una competencia contra el resto, sino con una competencia contra uno mismo. El único con el cual deberías compararte es cómo tú fuiste ayer.
Compárate a quién fuiste la semana pasada.
Compárate a quién fuiste el mes pasado.
El año pasado.
Y así.
Una variante a la pregunta que tanto me ha ayudado, puede ser:
¿Cómo puedo ser una mejor versión de mí mismo?
Mejorar se vuelve sano y contructivo, cuando nos comparamos con nosotros mismos. Ver hacia al lado, a la competencia, y ver cómo están ellos, no debe por ningún motivo ser considerado una fuente de medición, sino de guía.
Mirar hacia el resto, es saber hacia dónde sería mejor apuntar. Y no una forma de medir nuestro progreso.
Bueno, aquí se abre los problemas que existen detrás de las redes sociales, puesto que caemos sin querer en comparaciones que poco nos ayudan a mejorar, sino que motiva el auto-desprecio y el sentir que no somos suficientes cuando comparamos nuestra situación actual con la que nos presenta el resto (creo que esto puede quedar para otro post).
Compárteme tus apreciaciones sobre esto. ¿Tienes miedo de pasar esta línea entre mejorar personalmente y el ego?
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